jueves, 25 de abril de 2013

Otro golpe más.

 Sentimientos Jhosep.
 Siempre he querido muchísimo a mi mujer, pero no he sabido valorarla como persona, pero de eso me doy cuenta ahora. Ahora que no queda nada, ahora que todo está perdido.
 Ella era una mujer guapísima, cariñosa, simpática, risueña ... pero hice de su vida un infierno. El porqué, no lo sé, solo he sabido tratarla así estos últimos años. Me desahogaba dándole paliza tras paliza. Todas las noches cuando llegaba a casa, lo primero que hacía era buscarla y empezar a insultarla y mirarla mal, después todo esto acababa en una paliza.
 Ahora veo lo valiente que fue mi hijo  Matt al irse de casa y no soportarme un minuto más. Ahora veo el daño que le hice a Elizabhet, esa niña tan guapa, encantadora y cariñosa ..., ahora veo en la clase de persona  en la que me convertí. Ese monstruo que hizo de sus vidas un infierno constante.
 La última vez que pegué a Megan, la dejé tirada en el suelo sin moverse, sin respirar ... la dejé inmóvil. Por unos instantes, pensé que la había matado, que ya no volvería a sentir esas caricias que me volvían loco ... no volvería a tenerla conmigo.
 La policía vino a casa y me arrestó. Mi mujer fue trasladada al hospital y mi hija fue con su hermano entre llantos. Estuve en la cárcel durante cuatro años, y al salir fui a visitar a la que había sido mi familia. Esa que no volvería a conseguir por nada y de la que ahora ni siquiera podía estar a cinco metros.
 Ahora sí eran felices, sí podían presumir de ser afortunados. Megan estaba saliendo con un hombre que no la maltrataba, que la quería y que la hizo sonreír de nuevo. Eli volvió a recuperar su peso normal y vestía de nuevo colores alegres. Matt volvió a casa y no volvió solo, sino con Paula, esa chica tan especial de la que no paraba de hablar por un instante.
 Es ahora cuando me doy cuenta del dolor que puedes causarle a una persona por descargar tu ira contra ella ...









domingo, 14 de abril de 2013

Otro golpe más.

 Sentimientos de Matt.

 Me dolía tanto ver todo lo que pasaba, que cuando tenía los 17, decidí marcharme de casa. Ir a donde fuese aunque sin rumbo fijo. Lo había dejado con mi novia, Paula, que era para mi la chica más especial del mundo entero. 
 Me dejó porque desde que veía todo lo que pasaba en mi casa, yo había cambiado mi forma de ser. Ya no era el mismo de antes, ahora me metía en peleas, se me acumulaban los partes en el instituto, y había empezado a beber y a tomar drogas. Antes no se me hubiese ocurrido, pero ahora ya no me importaba mucho, por no decir nada ... Quería borrarlo todo de mi mente, olvidar los golpes que mi madre recibía constantemente por parte de mi padre.
 Cuando dejé de ir al instituto y me escapé de casa, no sabía donde iba a vivir y decidí vagar por la estación. Cuando la gente pasaba por mi lado no podía creer que el hijo del abogado más reconocido del mundo e importante, pudiese estar tirado en una simple estación de tren.
 Muchas veces pensé en acercarme por casa y ver como estaban Eli y mi madre. Eli, era mi hermana pequeña, no me agradaba para nada que ahora apenas comiese. Era una chica muy guapa y todos los chicos iban detrás de ella, pero ahora parecía un esqueleto andante. Estaba muy seca, se le notaban todos los huesos y siempre iba vestida con colores apagados. 
 Como no podía acercarme por allí, Eli venía muchas veces a visitarme y me daba su bocadillo y algo de dinero. No me gustaba nada que no se lo comiera y me lo diese a mi, pero por otro lado se lo agradecía mucho. También solía contarme todo lo que ocurría por allí por casa, cuanto me echaba de menos y el valor que le había echado al irme de allí. 
 La última vez que eli vino a verme, fue para ir con ella al hospital. Mi madre estaba allí porque mi padre le había dado otra paliza más, pero esta había sido brutal, tanto, que mi madre estuvo a punto de morir. 
 La policía estuvo hablando con nosotros  y le contamos por todo lo que habíamos pasado años atrás. Detuvieron al hombre que había sido mi padre, y mi madre siguió ingresada hasta recuperarse del todo. 
 Yo por mi parte, volví a casa con ellas, Eliza volvió a ser poco a poco la que era antes, recibió mucha ayuda y tratamiento, ahora volvía a ser esa chica tan guapa que antes fue; cambió todo su vestuario de nuevo y los chicos volvían a buscarla como de costumbre. 
 Mi madre se recuperó del todo, empezó a salir  de nuevo con sus amigas, y encontró un hombre que la quería mucho u que a diferencia de Joshep no le pegaba. Siempre estaba contenta y nunca mas tuvo que tragarse a solas su dolor. 
 Dejé el alcohol y las drogas y volví con Paula. Ahora estoy seguro de que nunca me convertiré en alguien como aquel hombre que un día fue un gran ejemplo a seguir. Es mejor ser bueno y sencillo, simplemente como tú y solo tú eres.