viernes, 8 de febrero de 2013

Un miedo eterno

 Capítulo 5 

 Tuve que mentirle y decirle que solo salía los fines de semana, que mientras tanto estaba estudiando. Se dio la vuelta, caminando cabizbaja y algo preocupada. Dijo que nos veríamos en el instituto, pero yo evitaría que eso pasase a toda costa. Quería estar con ella y contarle lo que me ocurría, pero me daba miedo por lo que pudiese pensar.
 Rossie no contaría nada, al menos por ahora y mis padres estaban en su mundo. Me sentía bastante mal, pero pensaba que si Clara supiera todo lo que me pasaba, no volvería a salir conmigo, y es más, si Dani la veía conmigo en el instituto, podría hacerle daño y eso nunca me lo perdonaría.
 Los días pasaban y nada cambiaba, entre semana evitaba a Clara y los fines de semana los pasaba enteros con ella. Paliza tras paliza aguantaba todos lo días, pero no podía hacer nada y lo único que podía hacer, no era suficiente. A Clara le resultaba muy extraño todo, pero nunca se limitaba a preguntar. Se conformaba con verme "bien". A veces miraba mis heridas y ponía un gesto de preocupación.
 El trimestre pasó y cada vez estaba más enamorado de mi princesa. Quería estar con ella, pero nunca sería lo suficiente bueno, ella era demasiado especial, una chica maravillosa y se merecía algo mejor que yo. No se fijaría jamás en un chico débil y miedoso como lo era yo y eso me dolía, y mucho.
 La niña de mis ojos, así es como le dije que la llamaría de modo cariñoso, ella se contentó mucho. Indirectamente le había dicho que la quería, pero supongo que se lo tomó como un simple mote cariñoso. Odiaba tener que ocultarlo todo, pero no era lo suficiente valiente como para decírselo. Ni para decírselo, ni para enfrentarme a Dani.
 Me mostraba muy cariñoso con Clara y de vez en cuando le regalaba algún que otro detalle. Ella siempre se contentaba y me daba las gracias, aunque yo le dijese que eso no era nada. En realidad ea una forma de demostrarle el cariño que sentía, pero ella no se daba cuenta, lo tomaba como el regalo de un amigo. Nos hacíamos fotos todos los fines de semana y las revelábamos para después ponerlas en la cabañita del paraíso. Mi pequeña casita se convertía  en un lugar lleno de recuerdos y cada vez era más acogedora.
 Cumplimos los 18 y tras haber estado dos años juntos, seguíamos siendo buenos amigos. Clara se había convertido en una princesa mucho más bonita de lo que ya lo era, su pelo castaño, sus ojos color miel y su encantadora sonrisa, eran todo lo que yo necesitaba para estar feliz. Casi todos los chicos de la clase, estaban pillados por ella y sin embargo, ella no quiso estar con ninguno de todos ellos.
 Dani seguía con sus peleas y sus abusos hacía la gente más débil que él. ¿ Yo? Su mayor diversión. No podía defenderme, ya era como una costumbre, nunca se cansaría de todo esto. Ahora hacía cosas como llenar mi taquilla de vomito y cosas repugnantes, meter mi mochila en el inodoro o raparme el pelo según se le antojaba. Seguía soportandole y aún no puedo entender el por qué.
 Otro nuevo día. Salía de casa con un gorro en la cabeza, ya que mi pelo estaba cortado al gusto de Dani. Mantenía baja la mirada y caminaba un tanto pensativo. Al caminar distraído y sin  prestar atención, tropecé con algo, más bien con alguien. Dani ... estaba esperando como cada mañana, ahora era más fuerte,  y aunque ya estaba acostumbrado, sus golpes dolían demasiado. Me quitó el gorro y una foto que llevaba de Clara y mía, un fuerte golpe en mi cara y nada más. Se marchó tras esto y no entendí muy bien el por qué de su reacción.



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